¿Sabes escuchar?
Una persona que se siente escuchada se siente respetada, aceptada incluso querida.
Saber conversar supone saber escuchar.
Los seres humanos somos naturalmente sociables y para eso necesitamos comunicarnos en las mejores condiciones posibles; la cuestión es que no siempre lo hacemos adecuadamente. Ejercer comunicación efectiva y escucha activa con las personas con las que vivimos, trabajamos o con las que nos relacionamos socialmente es mejorar el bienestar común.
He visto muchos cursos para aprender hablar pero ninguno para saber escuchar.
¿Quieres hacer un test para tomar consciencia sobre la calidad de tu escucha?
Escuchar te permitirá entender mejor a las personas con las que te relacionas y hacerles sentirse valoradas. Es como decirle: tu opinión, tu visión, tus conocimientos, tus criterios tus ideas me importan. Esa sensación puede ser un estímulo recíproco y positivo en tu día a día.
Cuestionario de escucha activa
En una conversación cuando te cuentan
1. ¿Sueles decir cosas como: No te preocupes, o no sufras, no llores…?
2. ¿Haces juicios sobre lo que te están contando… tal como: eso es que no te quieren, o expresar si te parece bien o mal…?
3. ¿Cuando detectas preocupación o duda no tardas en decir: tu lo que tienes que hacer es…?
4. ¿Estás deseando que termine o incluso Interrumpes para contarle lo que te pasó a ti?
5. ¿En vez de escuchar estas pensando lo que vas a contestar?
6. ¿Le haces preguntas sobre el tema que estáis tratando?
7. ¿Das tiempo a tu interlocutor para pensar?
8. ¿Respetas sus silencios?
9. ¿Te fijas en su lenguaje corporal?
10.¿Te distraes pensando en otra cosa mientras aparentas escuchar?
Si quieres mejorar tu escucha te propongo algunas ideas
PAUTAS PARA UNA ESCUCHA RESPETUOSA
-
No rechazar las emociones que el otro manifiesta. Las emociones son reacciones automáticas que frecuentemente se dan en determinadas circunstancias; pero que no son obligatorias y no las controlamos. Por eso, decir a una persona que no debería sentir lo que siente implica un reproche sobre una conducta sobre la que la persona no tiene control. Hay que tener en cuenta que no está en su mano modificar ese sentimiento. Deja a tu interlocutor procesar sus sentimientos para que no se conviertan en resentimiento.
-
No juzgar. Recuerda el dicho bíblico: no juzgues y no serás juzgado. Es difícil no juzgar y aceptar las cosas tal cual son. Eso es auténtico respeto.
-
No solucionar el problema. Quien te lo está planteando quiere compartirlo contigo, pero él (ella) es responsable de solucionarlo. Tú solamente puedes escuchar y en todo caso con su permiso dar tu opinión.
-
No interrumpir. Espera a que la otra persona te dé paso, aunque no estés de acuerdo con lo que dice.
-
No cuentes tu propia historia. Recuerda que nadie escarmienta en cabeza ajena. Además, si te está contando algo es para que entiendas su problema y si cuentas tu historia estaréis centrándonos en la tuya.
-
No des un consejo que no te hayan pedido. Pocas veces se
-
agradece un consejo que no te han pedido.
-
No descalifiques, ni a tu interlocutor ni a las personas implicadas, cuando des tus opiniones.
-
Fijate en su postura, en su tono de voz, en sus silencios… también son comunicación.
-
Verifica lo que has oído parafraseando las palabras que has escuchado y asegúrate de comprender realmente. Por ejemplo: Si te he entendido bien…
-
Busca en la comunicación un medio para entender y generar confianza, respeto y bienestar
Saca tus propias conclusiones, siempre se puede dar un paso más hacia adelante y piensa en que puedes mejorar tu escucha.